lunes, 19 de septiembre de 2011

Caminando hacia el coaching

Estos días con el inicio de curso ando en mil batallas. Nuevo alumnado, nuevos compañeros. Fin de semana de actos sociales...

En fin, que no me queda tiempo para prácticamente nada. Pero no siempre va a ser así, tan sólo son rachas. De momento voy a reducir las entradas a una a la semana. Lo normal será que las entradas vean la luz los lunes o los martes de cada semana.

Como sabéis tengo una tutoría de 4º de ESO. Les he tenido en una primera sesión, donde hemos empezado a conocernos. Todavía no les he dicho nada de mis proyectos para este año, no quiero infoxicarlos. Tenemos tiempo para ir conociéndonos y para ir tomando impulso. Según mi programa de coaching educativo uno de los objetivos es conseguir que sean capaces de decidir por si mismos hacia dónde quieren ir. Se trata de potenciar su autoestima, de aumentar su autonomía, de demostrarles que pueden realizar grandes empresas y sobre todo , de mantener el tono anímico bien alto. En la ESO los bajones se pagan, pues a esa edad, todo es extremo, se desconoce el punto medio de las cosas, y el alumnado cuando pierde fuelle suele abandonar la nave.

He pensado en varias maneras de realizar el acompañamiento pero primero necesito conocerles, y que me conozcan. Ubicarles y que me situen. Confiar en ellos, y generar un clima de confianza mutua. Una vez tenga el grupo cohesionado, y yo forme parte de ese grupo, empezaremos a trabajar la orientación académica y profesional. Es un mundo fascinante.

Es en ese momento cuando empezaran a surgir candidatos para el coaching. Es en ese momento cuando entre todos desplegaremos el potencial que tenemos. Es en ese momento cuando, con un poco de fortuna, se producirá esa magia que surge de repente y que hace que el profesor y su alumno vean el camino y lo sigan sin apenas dudar, con el convencimiento de que están ante un gran reto. Con la seguridad de que ya se aproximan al objetivo propuesto, con la certeza de que el uno al lado del otro se complementan y se refuerzan.

Como todo esto puede parecer un poco abstracto, y porque dicen que una imagen vale más que mil palabras, os pongo un video del gran Bobby McFerrin con Anita Vitale. Se trata de un a "Master Class" que Mc Ferrin ofrecía a cantantes. Se parte de la base que Anita conoce la canción. La clave está en que se transmite confianza y seguridad (fijaros en el lenguaje no verbal, sonrisa, coger a alguien del brazo expresando cercanía). Con todo esto se consigue un clima en el cual el alumno despega. Se le anima a que explore otras posibilidades, a que tome riesgos, los cuales son necesarios para realizarse en la vida.

Para eso está el tutor y el profesor-coach, para hacer ver al alumno que puede y debe tomar riesgos, que puede construir su propio camino, que ya está en la pista y que tiene permiso para despegar...De ahí el nombre de este blog.

Bueno ya me direis que os ha parecido. A mi me parece sencillamente genial. Sobre todo por la gestión de McFerrin, con su generosidad, y por la valentía de Vitale, que llega mucho más allá de lo que en un principio se podía esperar. Vale la pena verlo hasta el final.



¿A vosotros que os parece?


lunes, 12 de septiembre de 2011

Un nuevo curso ha empezado

Hoy empezamos las clases en Catalunya. Hoy empieza un nuevo curso para el alumnado. Aunque para mi el curso empezó el día uno.

Este año va a ser movido. Tengo 20 horas de clase, pese a que no trabajo en Madrid, y no se trata de una broma. Simplemente es un favor que me pidió mi nuevo jefe de estudios para poder cuadrar los horarios de los cursos del centro. En fin, daños colaterales provocados por los recortes.

Si os soy sincero, me da igual, una hora más o menos no me va a volver loco. Lo que si que me preocupa es tener las aulas llenas, más que nunca desde que soy profesor, y ver menos profesores que nunca. Curiosa paradoja. A más alumnos, menos profes. La matemática nos dice que ambas magnitudes deberían ser directamente proporcionales, pero en este caso no es así. Y eso da que pensar...

No quiero entrar de nuevo en el tema de los recortes, me da la sensación que sería repetitivo y no quiero cansaros. Además el motivo de esta entrada no es ese.

El motivo es deciros que mañana empiezo clases en un nuevo centro, con compañeros desconocidos y alumnado desconocido. Que es todo un reto que empiezo con especial ilusión. Y que voy a hacer todo lo que pueda para extraer la motivación de mi alumnado, sobre todo de mis tutorandos. Que voy a intentar ayudar en todo lo que me sea posible a mis nuevos compañeros de claustro. Que voy a ser franco con los padres de mi alumnado, ya sabeis, según mis ideas, mis clientes. Que voy a acordarme mucho de mis ex-alumnos y mis ex-compañeros del Joaquim Mir, a los cuales les deseo lo mejor para este año. Ya sabeis que podeis contar conmigo para lo que se tercie.

Y para acabar, que estoy muy feliz de ser profesor, que es todo un privilegio, y que merece la pena seguir en la brecha, pese a que algunas personas no nos apoyen, no nos entiendan y no nos valoren.  ¿Sabeis por qué?

Porque en realidad las que sí lo hacen son muchas más.

A todos los profesores y profesoras, a todos los alumnos y alumnas, feliz inicio de clases, feliz año nuevo. Vosotros ya me entendeis.

sábado, 3 de septiembre de 2011

20 horas a la semana

Menuda polémica se ha montado con las declaraciones de Esperanza Aguirre y su equipo de subordinados.

En twitter todavía colea una auténtica avalancha de mensajes de incredulidad e indignación. Ni que decir tiene que todos los profesores nos sentimos ninguneados y maltratados. Tras leer algunos artículos de opinión en prensa, y diferentes comentarios en blogs tengo que decir que la Sra Aguirre ha conseguido  ponernos a los profes a los pies de los caballos. Y, por desgracia, ahora que va a empezar el curso, da igual que intente rectificar, el daño ya está hecho.

La suerte que tengo es que vivo en Catalunya. Donde a los profesores se nos desconsidera también, pero de forma menos brusca. (Este año me han aumentado las horas lectivas de 18 a 19. Y preveo que el año que viene va a ser de 19 a 20). ¿O no consellera Rigau?

Siendo así, me he permitido imaginar como sería mi vida de profesor si viviera en Madrid, donde siempre según Esperanza Aguirre, realmente trabajaría 18 o 20 horas a la semana. Es decir si solo diera clase.

Como la señora Aguirre fabula, pues un servidor también va a hacerlo. Que quede claro que todo esto está escrito en "Ironic mode ON". Rozaremos el esperpento.

Si se me permite paso a enumerar:

1.- Al trabajar 5 días a la semana tengo 4 horas al día para trabajar. Ummm, eso es demasiado esfuerzo. Pensándolo  mejor hablo con mi jefe de estudios y que me ponga una jornada de 8 horas durante 2 días (la mayoría de la gente la tiene así, ¿no?) y otro día con 4 horas. Si no me he equivocado eso suma 20 horas. De esta manera me quedan 2 días libres para hacer lo que más me gusta y que en un profe es algo bastante común. Ya sabeis...Vacaciones.

2.- Como en casa no trabajo ni un minuto no he preparado ni una sola clase. Así que cuando entro en clase o improviso o me pongo a prepararla. Le digo al delegado de clase que pase lista por mi y que ponga las faltas pertinentes. Aunque haciéndolo así los chicos están ociosos y eso no es correcto. Aconsejo que  hablen un poquito y así mejoran su competencia lingüística. Solucionado.

3.- Como sólo doy clase y punto estoy liberado de ir a reuniones de coordinación de ciclo, con lo que no me entero de qué salidas pedagógicas se están preparando. ¿ Salidas pedagógicas, excursiones? ¿Eso qué es? Si yo solo doy clase. Nada, nada, de casa al instituto y del instituto a casa. Así da gusto. Como cuando trabajaba en la oficina del banco antes de ser profesor.

4.- Tampoco voy a reuniones del seminario de matemáticas, ya que en las 20 horas que trabajo no están previstas, así que de coordinarme con mis compañeros de seminario mejor me olvido. Cada uno enseñará lo que buenamente le plazca a su libre albedrío. Somos profesores de matemáticas, ante la duda nos ponemos a hacer ecuaciones.

5.- Mi inspector me recuerda que de eso nada, que para eso están las programaciones de aula y que hay que tenerlas actualizadas, pues tienen que ser flexibles en función de cada curso. Le contesto a mi inspector, siempre desde el afecto, que como sólo doy clase no tengo previsto hacer una programación, ni modificarla durante el curso en función de como se desarrollan los acontecimientos. Que me la den hecha, porque yo no la voy a hacer. Sencillamente no tengo tiempo para ello.

6.- Entre clase y clase me paso por la sala de profes. El conserje, que es muy atento, me ha dejado una nota de unos padres preocupados por el rendimiento de su hijo. Me solicitan una entrevista personal urgente. Como sólo doy clase ni me molesto en devolverles la llamada. ¿Para qué? Si no se contempla la posibilidad de que podamos vernos en mi horario de trabajo. Lo siento por ellos, pero creo que deberían hablar con otra persona.  Voy al conserge y le digo que como él tiene el teléfono al lado que se siente y espere y que cuando le vuelvan a llamar les diga de mi parte que "tal vez la señora Aguirre, o alguien de su meritorio equipo les podría atender, ya que seguro que ellos trabajan más horas que yo".

7.- Mi director me comenta informalmente en un pasillo que me ha enviado un mail con la convocatoria de un claustro ordinario para tratar varios temas. Le digo que me de la hoja en mano, que yo en mi casa no tengo ordenador. Bueno, sí que lo tenía, pero que lo he vendido ya que como ya no trabajo en casa no lo utilizo. Para navegar me basta con el móvil y este no lo pienso utilizar para el trabajo, pues sólo lo uso en mi tiempo de ocio. (En los institutos los móviles están prohibidos en clase).

8.- Una alumna motivada me dice a la hora del patio que le gustaría hablar conmigo sobre su futuro. Tiene confianza conmigo y cree que puedo ayudarla orientándola un poco sobre sus futuros estudios universitarios y salidas profesionales. Le digo que siento no poder ayudarla, que a la hora del patio, como no doy clase me dedico a tomar café con los colegas.  Pero que conozco un amigo que tiene una  empresa de asesoramiento a ejecutivos y que por un módico precio puede ayudarla. Lástima, si hubiese tenido una hora de tutoría individual ya estaríamos planificando cosas y sería un trabajo delicado, difícil por lo que supone,  pero apasionante.

9.- Acaba de sonar el timbre que anuncia el fin de  la última hora de clase de la mañana. Un alumno se acerca a la mesa para consultarme una duda. Le contesto que tendrá que esperar a la siguiente clase. Ante su insistencia le indico que lo mejor que puede hacer es buscar un profesor particular, pues yo una vez finaliza el timbre ya no soy profesor. Una lástima, antes lo hacía y me encantaba hacerlo, pero el horario es el horario y fuera de él no aclaro dudas.

10.- Mi mujer, me ha regalado un libro sobre la didáctica de las matemáticas. Sabe que me gusta investigar en como mejorar mi práctica docente día a día y que le dedico tiempo. La verdad, se lo agradezo mucho, pero como es un tema de trabajo, tendré que leerlo en clase. Ummm, lo leeré un día que los alumnos estén haciendo un examen.

11.- ¿Examenes? No tengo tiempo para prepararlos. No importa, los prepararé en clase, a ratitos, mientras los chicos hacen algun ejercicio del libro.

12.- Hace 15 días que hicieron los chicos un examen. Todavía no lo he corregido, pero no protestan, saben que sólo trabajo 20 horas a la semana y los voy corrigiendo también a ratos. O mejor aún, lo corrijo en la pizarra y que ellos  mismos se pongan la nota. Sé que no me defraudaran.

13.- Mi inspector está muy contento, últimamente mi número de aprobados ha aumentado de forma considerable. Me pregunto si será debido al punto anterior. No lo creo. Lo que pasa es que cada vez soy mejor profesor y tengo un alumnado motivado y preparado.

14.- Antes yo preparaba materiales para clase, ahora no, ahora tiro de libro y punto. En la editorial están muy contentos, las ventas de libros han aumentado considerablemente este curso. ¿Será porque ahora todos los profesores utilizamos libros y no creamos más materiales? Quizá sí, nunca lo sabremos. Me basta con saber que en la editorial están satisfechos. Si los padres se gastan más dinero en libros no debería inquietarme. Eso no es asunto mío, yo sólo soy profesor.

15.- Hay un alumno en clase que antes sacaba excelente en mi materia. Ahora me deja los exámenes en blanco y siempre está como abstraído. Parece en ocasiones triste. Es una pena, pero no voy a poder enterarme de lo que le sucede puesto que no tengo una reunión de equipo docente donde pueda comentarlo con los otros compañeros que le dan clase. Y tampoco tengo tiempo para reunirme con él. Espero que no sea nada y se le pase de aquí a final de curso.

16.- De entregar notas de evaluación y ya no digamos de fin de curso ya no hablamos, sería demasiado laborioso.

Lástima que viva en Catalunya...donde los profes trabajamos 37,5 horas a la semana de las cuales 19 son lectivas.

(Ironic Mode OFF)

Alguien debería decirle a la Sra Aguirre, siempre desde el respeto que con la educación no se juega. La educación pública es un asunto de todos, puesto que la pagamos todos.

El futuro de nuestro país depende de ello. Los adolescentes de hoy son los ciudadanos de mañana.


¿Y a vosotros que os parece?